miércoles, 24 de octubre de 2012

Enfermedad de Alzheimer: Actuación Profesional y apoyo familiar. Epidemiología y Prevención.


ACTUACIÓN PROFESIONAL Y APOYO FAMILIAR

Los cuidados específicos que se puede ofrecer a un paciente de Alzheimer, abarcan muchos campos, por destacar algunos de ellos:

-       Prevención de accidentes: Conforme se intensifica el deterioro mental y físico, la posibilidad de sufrir accidentes se incrementa notablemente, para evitar las caídas se pueden retirar alfombras resbaladizas, colocar adaptaciones en el baño, no utilizar ropas holgadas ni muy apretadas. Se trata en definitiva de pautar o adaptar unas actividades que no entrañen riesgos para el enfermo, no de mermar sus capacidades por miedo a posibles accidentes.

-       Medicación: Es importante asegurarse de la correcta toma de la medicación prescrita, buscar la pauta más sencilla y práctica.

-       Higiene corporal y pulcritud: El enfermo EA suele rechazar el baño, con frecuencia mostrándose violento. Es importante por seguridad adaptar el baño a las necesidades del paciente, hablar de forma constante durante el baño, en tono suave-moderado, que apacigüe el malestar que el enfermo siente ante una situación que le resulta extraña y molesta, y por las manipulaciones que esta acción entraña en sí misma.

-       Alimentación: Con frecuencia el enfermo olvidará comer, o bien rechaza los alimentos, tirándolos o escupiéndolos. Tampoco es extraño que intente consumir alimentos que se encuentran en mal estado o no apropiados atendiendo a otras patologías concomitantes, diabetes, HTA, obesidad. Pueden mostrarse violentos a la hora de comer y negarse o comer compulsivamente sin ningún tipo de limitación. Algunas normas básicas para la alimentación de estos pacientes consisten en: Servir los platos uno detrás de otro en un orden lógico; utilizar vajilla y cubertería adaptada de fácil uso, los vasos que sean transparentes para que puedan ver su contenido y no desconfíen; no mezclar comidas con sabores muy opuestos; si es posible, sentarse a comer con ellos para que ellos lo hagan por imitación. Limitar el acto de la comida a 30 minutos y respetando siempre el mismo horario de comida, para crear una rutina fácilmente recordable.

-       Incontinencia: Conforme evoluciona la enfermedad, muchos de estos pacientes se vuelven incontinentes, incapaces de retener la orina y las heces, aumentando peligrosamente el riesgo de padecer úlceras. Este problema aparece por una doble causa, en primer lugar aparece una incapacidad para controlar los músculos esfínteres que cierran el ano y uretra, en segundo lugar por la pérdida de sensación consciente de tener que orinar. Para controlar este problema podemos: facilitar el acceso al baño, usar ropa fácil de retirar, modificar horarios de ingesta de líquidos, utilizar empapadores urinarios.

Si nos referimos exclusivamente al ámbito familiar, resulta interesante evaluar cuales son las condiciones de cada familia para poder afrontar las consecuencias emocionales, sociales y médicas que el tener un familiar con esta enfermedad suponen. El impacto de la demencia sobre el entorno familiar depende de varios factores:

-       Recursos económicos.

-       Número de miembros que componen la familia

-       Vínculos emocionales.

-       Del nivel cultural y capacidad para adquirir conocimientos sobre la enfermedad.

-       De la condiciones de la vivienda

-       De la salud de los cuidadores.

-       De la evolución de la demencia

-       DE los recursos sanitarios a que se pueda recurrir.

La familia se erige en el principal sustento del enfermo con EA, desde el principio de su padecimiento hasta el fin, teniendo tristes consecuencias sobre el enfermo y su entorno, en muchas ocasiones por que las condiciones anteriormente descritas, se tornan dificultades. Por ello es importante dotar de recomendaciones a las familias para paliar en la medida de los posible esas situaciones de angustia y rabia. Las dividiremos dependiendo de la etapa en la que se encuentre el enfermo.



Primera etapa: El enfermo percibe lo que sucede a su alrededor. Sugerencias:

-       Vigilar atentamente la conducta del enfermo anotando cambios y acciones curiosas y anómalas.

-       Comprobar que su estado general es bueno.

-       No reprocharle errores, sino dirigir la conducta hacia términos positivos y prácticos.

-       No enfadarse, al final esta actitud empeora la situación y crea un clima de tensión inapropiado.

-       Si el paciente debe realizar algún trámite legal, no hacerlo por él, sino acompañarlo y ayudarlo.

-       Se debe evitar: Situaciones tristes y angustiosas, no exigirles demasiado, no confundirlo con preguntar complicadas, ni someterlo a situaciones estresantes como reuniones concurridas.

Segunda etapa: El enfermo ya no percibe lo que sucede alrededor. Sugerencias:

-       Preparar una rutina para el afectado

-       Tener siempre a manos los tfnos de emergencias.

-       Procurar revisiones periódicas con su MAP porque el paciente muchas veces no será capaz de expresar sus dolencias.

-       Animarlo a realizar paseos al aire libre, procurar dieta rica en fibra, para evitar el estreñimiento.

-       Colocar pulseras identificativas con el nombre de la persona y dirección y la enfermedad que padece, para que si se extravía sea sencillo devolverlo a casa.

-       A menudo realizarán preguntas infantiles “¿Dónde está mamá?” “¿Cuándo nos vamos a casa?”, ante esas preguntas, responder con cariño, con frases breves, fáciles de comprender y mirándoles a los ojos, de esta forma les resulta más fácil comprender lo que se les dice.

-       Agradarles con su música favorita, sus platos preferido, fotos familiares.

Tercera etapa: total deterioro e incapacidad del enfermo, queda postrado en cama.

-       Controlar la dieta, que sea equilibrada.

-       Instalar al paciente en una habitación limpia, bien ventilada e iluminada, tener en cuenta que seguramente pasará allí los últimos días de su vida.

-       Cambios posturales, recomendable cada 2 horas

-       Medidas higiénicas.

EPIDEMIOLOGÍA

La incidencia en estudios de cohortes, cuando se sigue a lo largo de varios años a una población libre de la enfermedad, muestra tasas entre 10 y 15 nuevos casos cada mil personas al año para la aparición de cualquier forma de demencia y entre 5 – 8 para la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Es decir, la mitad de todos los casos nuevos de demencia cada año, son pacientes con EA. También hay diferencias de incidencia dependiendo del sexo, ya que se aprecia un riesgo mayor de padecer la enfermedad en las mujeres, en particular entre la población mayor de 85 años.

La prevalencia es el porcentaje de una población dada con una enfermedad. La edad avanzada es el principal factor de riesgo para sufrir la enfermedad de Alzheimer (mayor frecuencia a mayor edad). La prevalencia de una enfermedad en la población depende de factores como la incidencia y la supervivencia de los pacientes ya diagnosticados. En los Estados Unidos, la prevalencia de EA fue de un 1,6% en el año 2000, tanto en la población general como en la comprendida entre los 65 y 74 años. Se apreció un aumento del 19% en el grupo de 75 a 84 años y del 42% en el mayor de 85 años. Sin embargo, las tasas de prevalencia en las regiones menos desarrolladas del mundo son inferiores. La OMS estimó que en 2005 el 0,3 de la población mundial tenían demencia y que la prevalencia aumentaría a un 0,441% en 2015 y a un 0,556% en 2030. Varios estudios han llegado a las mismas conclusiones. Otro estudio estimó que en el año 2006, un 0,4% de a población mundial, lo que suponen aproximadamente 26,6 millones de personas, se vería afligido por EA y la prevalencia se triplicará en 2050.

 En España se estima que actualmente existen 1.300.000 pacientes diagnósticados de EA de los cuales el 13% son hombres y el 8% son mujeres, y existen aproximadamente 200.000 pacientes sin diagnosticar. Se calcula también que cada paciente en fase avanzada de EA supone un coste de 30.000 euros anuales a la sanidad pública, por lo que los países desarrollados invierten mucho dinero en la búsqueda de una cura para esta enfermedad que en los próximos años supondrá un grave problema tanto social como económico.

PREVENCIÓN

 Los estudios globales sobre las diferentes medidas que se pueden tomar para prevenir o retardar la aparición de la EA han tenido resultados contradictorios y no se ha comprobado aun la relación causal entre los factores de riesgo y la enfermedad, ni se han atribuido a efectos secundarios específicos. Por el momento, no parece haber medidas definitivas para prevenir la aparición de la enfermedad.

 Varios estudios epidemiológicos han propuesto diversas relaciones entre ciertos factores modificables, tales como la dieta, los riesgos cardiovasculares, productos farmacéuticos o las actividades intelectuales entre otros, y la probabilidad de que en una población aparezca la EA. Por ahora se necesitan más investigaciones y ensayos clínicos para comprobar si estos factores ayudan a prevenirla.

 Los componentes de una dieta mediterránea, que incluyen frutas y vegetales, pan, cebada y otros cereales, aceite de oliva, pescados y vino tinto, pueden de manera individual o colectiva, reducir el riesgo y el curso de la enfermedad de Alzheimer. Varias vitaminas, tales como la vitamina B12, B3, C o el ácido fólico parecen estar relacionadas con una reducción del riesgo de EA. Sin embargo, otros estudios han indicado que no tienen un efecto significativo en el desarrollo o el curos de la enfermedad, además de que pueden tener efectos secundarios importantes. La curcumina del curry ha mostrado cierta eficacia en la prevención de daño cerebral en modelos de ratón.

 A pesar de que los riesgos cardiovasculares, como la hipercolesterolemia, hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo, están asociados a un mayor riesgo de desarrollo y progresión de la EA. Las estatinas, que son medicamentos que disminuyen la concentración de colesterol en el plasma sanguíneo, no han sido efectivas en la prevención o mejora de EA. Sin embargo en algunos individuos el uso a largo plazo de AINES se relaciona a una disminución del riesgo de padecer la enfermedad. Otros fármacos y terapias, como el reemplazo de hormonas en las mujeres, han dejado de ser aconsejadas como medidas preventivas del Alzheimer. Se incluye también un reporte en 2007 que concluyó la falta de evidencias significativas y la presencia de inconsistencias en el uso de ginkgo biloba para mejorar los trastornos cognitivos.

Hay diferentes actividades intelectuales como jugar al ajedrez, la lectura, el completar crucigramas o las interacciones sociales frecuentes, que parecen retardar la aparición y reducir la severidad del Alzheimer. El hablar diversos idiomas también parece estar vinculado a la aparición tardía de la enfermedad.

Otros estudios han demostrado que hay un aumento en el riesgo de la aparición del Alzheimer con la exposición a campos magnéticos, la ingestión de metales, en particular de aluminio, o la exposición a ciertos solventes. La calidad de algunos de estos estudios ha sido criticada, y otros estudios han concluido  que no hay una relación entre estos factores ambientales y la aparición de EA.

En definitiva no existe un tratamiento eficaz ni para la prevención, ni curativo, ni paliativo, hay varias vías de investigación que tratan de dar explicación al origen de la enfermedad y con ellos obtener un tratamiento que consiga acabar con ella. Como ya mencionamos en anteriores posts, existe un grupo de investigación que por error, mientras ensayaban con un medicamento anticanceroso, encontraron una aparente cura para la enfermedad, consiguiendo revertir los signos y síntomas de la demencia en unas pocas horas , es un gran avance, pero se encuentra en fase de investigación y aun pasarán años hasta que se pueda asegurar que es efectivo y se pueda comercializar.

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