jueves, 25 de octubre de 2012

Las roturas de fibras musculares. Tipos y tratamientos.


Los músculos cumplen un función fundamental en el organismo, producir movimiento. Para ello se anclan en los huesos, al punto donde surgen las fibras musculares se les llama origen y al lugar donde terminan se les llama inserción. El origen normalmente es más amplio y sirve de punto de anclaje. Las fibras musculares tienen la capacidad de contraerse, de reducir su longitud, de esta forma se acercan origen e inserción y se mueven los segmentos óseos a los que los músculos están fijados.

La contracción muscular está regulada por el sistema nervioso, el cerebro manda una orden al músculo concreto, esa orden establece con que fuerza se debe contraer, que músculos se deben contraer y cuales relajarse, lo que parece una acción sencilla como es coger un vaso de agua, esconde una gran complejidad.

A estos músculos de contracción voluntaria, en la que nosotros conscientemente podemos decidir cuando contraerlos y cuando relajarlos, se les llama músculos voluntarios o estriados, por su estructura al microscopio.

En las paredes de las arterias, del aparato digestivo, aparato reproductor, excretor, piel… nos encontramos con músculo involuntario o liso, no tiene estrías.

Existe un músculo especial, que tiene estrías visto al microscopio pero es de contracción involuntario, es el músculo cardíaco.

 Las fibras del músculo estriado tienen la capacidad de variar su longitud para adaptarse a las necesidades cambiantes, pero cuando se supera la capacidad elástica o se produce un traumatismo directo sobre las fibras, o el músculo se contrae de manera brusca y con una fuerza excesiva, estas fibras se pueden llegar a romper. Para entender mejor en todo momento en que consiste un músculo, su funcionamiento y su lesión, podemos pensar en una cuerda, que estiramos y rompemos, que si tensamos y golpeamos con objeto contundente o lacerante, cortamos.

La gravedad de una rotura de fibras va a depender de la cantidad de fibras que se encuentren lesionadas y la longitud de la rotura. Pueden ser leves o muy graves y necesitar cirugía de reconstrucción.

Normalmente las fibras de un músculo se rompen, cuando lo solicitamos por encima de sus posibilidades, si lo estiramos en exceso o si lo contraemos con una fuerza para la que no está preparado. Existen factores condicionantes que precipitan la posibilidad de lesión: Ambientes fríos; Falta de calentamiento previo a una actividad física intensa, con trabajo explosivo sobre todo; Falta de elasticidad de la musculatura; Mala hidratación.; Alcohol y tabaco; Esfuerzos físicos para los que no se está preparado; Edad; Músculos sobrecargados por sobreentrenamiento.

Rotura fibrilar grado 1

Sin duda la más frecuente y la menos grave. Es una rotura microscópica, con pocas fibras afectadas. Se produce una leve hemorragia local, se aprecia equimosis (herida subcutánea, color púrpura). Hay dolor inmediato y dificultad para seguir haciendo la actividad que la ha provocado. El dolor es muy intenso en el momento de su producción se habla de “signo de la pedrada” porque la persona cuando se lesiona, tiene la sensación de que le hubieran tirado una piedra que hubiera impactado en su cuerpo.

El tratamiento es fisioterápico, colocación de frío, realización de vendaje funcional cerrado, reposo relativo, elevación del miembro afectado para disminuir inflamación.

Se podrá reiniciar la actividad física en una semana aproximadamente, suavemente. En los primero días el fisioterapeuta trabajará controlando la inflamación, estirando suavemente, realizando isométricos que no modifiquen la longitud de las fibras, masaje de drenaje para inflamación, con ultrasonidos y electroterapia para inflamación y aliviar dolor. Si todo va bien, se puede volver a la actividad normal en 10 o 15 días.

Rotura Fibrilar grado 2

Ya existe solución de continuidad en las fibras, sin llegar a romperse todo el músculo. En una ecografía se observa la lesión y el hematoma intenso que la acompaña. El tratamiento será el mismo pero alargando los plazos, los primeros días serán de reposo y no se usarán técnicas agresivas, ni masajes, ni estiramientos, ni contracciones. El tiempo de recuperación oscila entre 15-30 días.


 Rotura fibrilar grado 3

Aquí si se produce una ruptura total del músculo, se separan los extremos musculares. El dolor es muy intenso y la incapacidad funcional es total, puesto que si no hay músculo no hay movimiento, hace falta un grandísimo traumatismo para provocarlo o un movimiento muy brusco. Hay deformidad visible “signo del hachazo” y el tratamiento siempre es quirúrgico. Para la recuperación del mismo, variará del músculo dañado. Una vez el traumatólogo estima que están las fibras bien reparadas, empezará la rehabilitación, muy importante devolverle al músculo su elasticidad y su potencia, se trata un trabajo muy duro y doloroso tanto para el paciente como para el fisioterapeuta



En esta imagen, se observa un cuadríceps a la altura de la rodilla, al apretar con el dedo se aprecia la hendidura causada por la separación de las fibras musculares producto de la rotura total de sus fibras.

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