jueves, 25 de octubre de 2012


Son muchas las personas que de una forma u otra padecen los efectos de las artritis o de las artrosis. No son lo mismo, sin embargo en el lenguaje de la calle se suelen utilizar de manera indiferente para referirnos a cualquier proceso inflamatorio y doloroso, especialmente cuando hablamos de deformidades en las manos, donde podemos escuchar frases como, eso es artrosis, eso es artritis o eso es reuma.

ARTRITIS

De todos es sabido que en el argot médico, el sufijo -itis, significa inflamación, y en este caso, el prefijo artro-, articulación, con lo que concluimos que una artritis es una inflamación de una articulación. Esta es la gran diferencia precisamente con la artrosis, que muy al contrario de la artritis, no cursa con inflamación, sino que se trata de un proceso de desgaste, degenerativo como veremos a continuación.

La inflamación de una articulación puede ser ocasionada por diferentes agentes y por tanto es muy importante que después de la palabra artritis añadamos el motivo, para así concretar mucho mejor que está provocando esa inflamación.



Artritis traumática: un proceso inflamatorio que asienta en una articulación y que está originado por un golpe o traumatismo. El tratamiento será agudo, de choque, y el pronóstico bueno.


Artritis reumática o reumatoide: Inflamación articular causada por procesos autoinmunes, el propio cuerpo reacciona contra sí mismo, provocando daños en el propio organismo, aún no se conoce muy bien ni que la desencadena ni como combatirla, por tanto el tratamiento es crónico, se lucha contra los brotes con corticoterapia y medidas análgesicas en las que también se incluye la fisioterapia y hay que aprender a convivir con ella, no tiene cura a día de hoy y progresa paulatinamente. Probablemente es la más conocida y su carácter crónico hace que lo veamos como enfermedad de viejos que no tiene cura, pero también afecta a personas de mediana edad. Aquí enmarcaríamos un tipo especial que es la artritis reumatoide juvenil.


Artritis gotosa: En esta ocasión, la inflamación la causa el acúmulo de ácido úrico en el organismo como resultado del metabolismo de proteínas, es decir, el abuso en el consumo de proteínas conduce a un posible fracaso renal, con acúmulo de ácido úrico, este ácido úrico se cristaliza en algunas articulaciones y produce “la gota”, tan dolorosa y limitante, antiguamente conocida como enfermedad de reyes, de predominio en la articulación metatarsofalángica del dedo gordo del pie. Buen pronóstico con dieta y uso e hipouricemiantes. También sirve de ayuda el uso de AINEs tópicos, y alguna medida física de controlo de inflamación.

Artritis infecciosa: el agente causante es microorganismo patógeno, bacterias sobre todo, o virus. El tratamiento será antibióticos por via oral, y en casos muy resistentes inyectado sobre la articulación. Existen infecciones muy resistentes en las que la bacteria se encapsula dentro de la articulación y precisa de cirugía y meses de ATBs para corregirla, el caso de la Brucella en infecciones de discos intervertebrales.

Osteoartritis:

Este concepto de artritis, probablemente sea el más parecido a la artrosis, el que más tengo en común. Se asocia a la edad avanzada, como consecuencina del desgaste del cartílago articular que recubre los extremos óseos, se produce una deformación de las superficies articulares, que cursa con dolor, deformidad, impotencia funcional e inflamación. Dado que su origen parece estar relacionado con la edad y con procesos degenerativos, no existe tratamiento curativo, pero si paliativo, análgesicos, antinflamatorios y todas las medidas físicas encaminadas al control del dolor y la inflamación.

ARTROSIS

Se trata de un proceso degenerativo, de desgaste y destrucción del cartílago que existe en los extremos óseos de los huesos que conforman una articulación. Una articulación es la unión de uno o más huesos, que se unen principalmente para producir movimiento. Podríamos dedicar páginas a hablar de tipos de articulaciones, por lo que nos centramos en las sinovales, aquellas en que dos huesos se unen por sus extremos y estos son envueltos por una cápsula articular, dentro de la cual fluye el líquido sinovial.


Estos dos huesos, en sus extremos y dentro de la cápsula articular, poseen un revestimiento de cartílago que junto al líquido sinovial, buscan reducir la fricción entre las piezas óseas cuando éstas entran en funcionamiento. Con el paso de los años, el estrés repetitivo de acciones diarias, laborales, deportivas y cotidianas, influenciados por agentes externos, como sedentarismo, obesidad, alimentación, etc… esa fina capa que recubre los huesos, se desgasta, se deforma y finalmente se destruye.

El cuerpo no tiene la capacidad de regenerar este tipo de tejidos, por lo que es un proceso degenerativo. Los huesos entrarán en contacto directo, rozando el uno con el otro, produciéndose la deformación de los extremos de los huesos, lo que ocasiona intenso dolor. Esto es la artrosis, la degeneración del cartílago articular. Se trata de proceso degenerativo crónico, sin tratamiento curativo, sólo paliativo, se trabaja contra el dolor, tomamos medidas farmacológicas y fisioterápicas para controlarlo. Cuando el dolor y la deformidad son insoportables, se plantea la cirugía de sustitución con prótesis.

En resumen, la característica principal de la artritis es la inflamación (Rubor, calor, tumefacción, impotencia funcional y dolor) y la artrosis es un proceso degenerativo, sin inflamación.

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