jueves, 25 de octubre de 2012

Breve introducción al aparato respiratorio y la fisioterapia respiratoria


El aparato respiratorio está formado por un conjunto de órganos cuya función común es la de facilitar el intercambio gaseoso, introducir aire en la sangre y eliminar el CO2 sobrante. Sin entrar en demasiado detalle, veamos algunas particularidades de este aparato. El aire penetra por la nariz (fosas nasales), donde se produce el calentamiento del aire y su purificación gracias a la presencia de cilios y moco.

El aire también puede entrar por la boca, pero es menos aconsejable, puesto que no se calienta, no se depura y supone una puerta abierta para posible infecciones, las personas que respiran siempre por la boca, son propensas a irritaciones de garganta con faringitis, laringitis, amigdalitis. Una vez el aire ha entrado por la nariz o la boca, desciende por la faringe, la laringe, pasa a la tráquea, de la tráquea a bronquios, atraviesa los bronquiolos y llega finalmente a los alveolos. 

Los alveolos son una especie de sacos altamente vascularizados, donde el oxígeno que inhalamos pasa al torrente sanguíneo, a través de Vena Pulmonar va al corazón que mediante las contracciones lo distribuye por todo el cuerpo. El CO2 sobrante del metabolismo celular se recoge y a través de la Arteria pulmonar va a estos alveolos, y en la fase de espiración es expulsado del cuerpo.

Esta es la función principal del aparato respiratorio, intercambio gaseoso y difusión de gases con el sistema circulatorio. El hecho de que sea un aparato abierto al exterior lo hace vulnerable a muchas sustancias del medio aéreo, partículas, microorganismos, polvo principalmente. Para su defensa existen varios mecanismos, por un lado los cilios, pelillos que recubren todo el árbol bronquial, el moco que generan las paredes del árbol bronquial, la tos y el estornudo que movilizan a gran velocidad sustancias irritantes, y una sustancia que existe en los pulmones que se llama tensoactivo o surfactante que evitan el colapso de los mismos. Además de las sustancias típicas del sistema inmunitario humano.

En condiciones normales en el sistema respiratorio hay moco, unas cantidades normales, y un movimiento ciliar que hace que el moco se desplace desde lo profundo hasta la boca o nariz, así limpia continuamente polvo y pequeños microorganismos que puedan lesionarlo.

Cuando existe una colonización por microorganismos, una infección, el cuerpo responde con un aumento de la cantidad de moco, lo importante en estos casos es que ese moco con restos de células bacterianas o virales y anticuerpos, salga fuera, para evitar que la infección vaya a más. En algunas personas, el movimiento ciliar está disminuido y no movilizan el moco, hay poco movimiento y mucho moco por lo que el riesgo de infección es altísimo, es el caso de fumadores, fibrosis quística, Sd. Kartagener, procesos inflamatorios como sinusitis y un largo número de afecciones.

En otras ocasiones lo que ocurre es un estrechamiento excesivo del diámetro de la vía respiratoria, es el asma bronquial, el cuerpo responde exageradamente a sustancias irritantes y cierra el paso al aire como mecanismo de defensa.

Resumimos de esta forma los principales problemas que nos encontramos en el aparato respiratorio y que suponen muchísimas de las hospitalizaciones a cualquier edad. Hay muchas más patologías que iremos desgranando con más detalle, más adelante.

La fisioterapia respiratoria desde sus inicios ha supuesto un gran arma para este tipo de problemas, técnicas como el clapping, como las vibraciones, el drenaje postural, las percusiones, tos provocada o dirigida y otras cuantas que describiremos al detalle, tienen como objetivo facilitar la eliminación de secreciones, mejorando el movimiento ciliar, modificando las características del moco haciéndolo más fluido y más fácil de eliminar.

Hay otras técnicas que lo que pretenden es enseñar a respirar al paciente, a hacer una respiración amplia, aprovechando toda la capacidad torácica y diafragmática, reduciendo el trabajo respiratorio y disminuyendo la resistencia de la vía aérea.

Por sencillas que parezcan las técnicas, hay que tener muy claro que se deben prescribir de manera individualizada, adaptada a la persona según edad, sexo, enfermedad. Primero deben ser enseñadas y supervisadas por neumólogo, médico rehabilitador y/o fisioterapeuta, para posteriormente integrar los consejos y ejercicios en nuestra vida cotidiana.

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