jueves, 25 de octubre de 2012

¿Porque los deportistas se recuperan de los esguinces a los pocos días de lesionarse?


Existen dos tipos de ligamentos en nuestro organismo. Por un lado están los ligamentos cordonales y por otro los ligamentos acintados. Los ligamentos cordonales como por ejemplo, los cruzados de la rodilla, tienen menos vascularización que los acintados y son más difíciles de rehabilitar y en muchos casos precisarán hasta cirugía de reconstrucción o sustitución para poder curar.



Tenemos que distinguir primeramente que es un esguince. Los ligamentos son tejidos que existen en las articulaciones y cuya función es dar estabilidad y limitar ciertos movimientos. Cuando se produce un movimiento que fuerza en exceso la movilidad de la articulación, algunas estructuras pueden resultar dañadas, entre ellas el ligamento. Cuando sólo se produce un ligero estiramiento de las fibras ligamentosas, hablamos de esguince grado I. Cuando se produce una lesión mayor en la cual hay rotura parcial del ligamento, pero no total, estamos ante un esguince grado II. Cuando el ligamento se rompe por completo, estamos en un esguince de grado III, el más grave, y que siempre requerirá sutura quirúrgica para poder recuperarse.

Cuando se produce la lesión ligamentosa, el cuerpo activa inmediatamente la respuesta inflamatoria produciendo los 5 signos clásicos, rubor, calor, tumefacción, dolor e impotencia funcional. El problema es que en muchos casos, la respuesta inflamatoria es excesiva, combate no sólo agentes patógenos, sino que también puede dañar tejidos sanos, producir acúmulo excesivo de fibrina, disminuyendo drásticamente la elasticidad de un determinado tejido.

Antiguamente ante un esguince de tobillo clásico, lo primero era inmovilizar con yeso durante 3 o 4 semanas, propuesta que afortunadamente ya se conoce como errónea.

Lo primero es combatir la inflamación durante las primeras 48 horas, mediante la compresión, la elevación del miembro y aplicación de frío local.

A partir de ese momento existen técnicas de fisioterapia, como el masaje transverso profundo, o masaje de cyriax, que permite actuar prematuramente sobre estos tejidos consiguiendo una recuperación total en pocas sesiones.

La esencia del masaje transverso, consiste en que mediante la fricción del tejido dañado sobre los masas óseas subyacentes, si se accede a estos tejidos de manera perpendicular a las fibras y aplicando una técnica correcta, conseguimos por un lado liberar las adherencias ocasionadas por los depósitos de fibrina, romperemos el tejido cicatricial, consiguiendo una reestructuración del colágeno, haremos llegar más sangre a la zona, eliminando productos de desecho y haciendo llegar más nutrientes al lugar a tratar, y conseguiremos finalmente un efecto análgesico.

Mediante técnicas como esta y ejercicios de propiocepción conseguiremos recuperar ligamentos lesionados, en tan sólo unos pocos días.

Como siempre será imprescindible un buen diagnóstico. Una vez realizado, no lo dudéis, los fisioterapeutas disponen de métodos muy útiles para recuperar problemas que por la vía convencional supondrían varias semanas de reposo, en tan sólo días.

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