martes, 23 de octubre de 2012

Fibromialgia. La enfermedad invisible.


FIBROMIALGIA

La fibromialfia es una enfermedad de origen desconocido, cuya principal característica es el dolor crónico generalizado, que normalmente se concentra en zonas musculares, tendinosas, articulares y viscerales. Se considera que es la causa más frecuente de dolor generalizado y configura un grupo muy importante y heterogéneo de pacientes, los llamados “Central Sensitivity Syndromes”.
La fibromialgia (FM) es un término acuñado en 1976 que se refiere a un grupo de síntomas y trastornos músculoesqueléticos poco entendidos, que se caracteriza fundamentalmente por fatiga extrema, dolor persistente, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blandocircundante, que son acompañados de una serie de síntomas psicológicos, como dificultades para dormir, rigidez matutina, dolores de cabeza y problemas con el pensamiento y la memoria que suelen impedir el funcionamiento rutinario del sujeto. Es más frecuente su presentación en mujeres de entre 20 y 50 años, en torno el 3 y el 6% de estas, la padecerán.

La fibromialgia es una entidad patológica controvertida, puestos que son muchos los expertos que no la reconocen como enfermedad, debido entre otras cosas, a la ausencia total de pruebas objetivas que sirvan para su diagnóstico, no hay alteraciones en analíticas, ni en diagnóstico por imagen. Aunque históricamente ha sido considerada un trastorno musculoesquelético y neuropsiquiátrico, las evidencias de investigaciones realizadas en las últimas tres décadas han puesto de manifiesto alteraciones en el sistema nervioso central que afectan a regiones del cerebro que podrían estar vinculadas tanto a los síntomas clínicos como a fenómenos descubiertos durante investigaciones clínicas. Aun todavía no hay un tratamiento que cure la enfermedad, pero si se ha conseguido mejorar en muchos de sus síntomas.


ETIOLOGÍA
Es una enfermedad bastante controvertida como ya se ha mencionado puesto que no se conoce el causante y tampoco se aprecian alteraciones físicas objetivables. Se cree que puede estar causada o agravada por estrés físico o mental, exposiciones excesivas a humedad o frío intenso, alteraciones del sueño o asociada a enfermedades reumáticas. Parece demostrada que la enfermedad se origina tras algún proceso puntual, como infecciones víricas o bacterianas. También se dan casos en los que no hay ninguna enfermedad predisponente.
Por todo esto, resulta difícil precisar si la enfermedad se debe a alteraciones del ritmo circadiano (sueño-vigilia), afecciones en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, los centros de procesamiento del dolor a nivel central y periférico.
Factores Genéticos: Hay hipótesis que apuntan a una predisposición genética a padecer la enfemerdad, ya que se ha observado que la posibilidad de padecerla entre miembros de una misma familia, es 8 veces mayor.
Factores Psicosomáticos: Depresión y ansiedad son producidas por alteraciones emocionales, hechos tristes y traumáticas que acontecen en nuestras vidas. Esta tristeza podría ser desencadenante de la fibromialgia. En un 62% de los pacientes con esta enfermedad, aparecen trastornos psiquiátricos de importancia, que requieren ayuda profesional.
Estrés: No está demostrado científicamente, pero parece que el estrés mantenido, es un factor predisponente importante para padecer la fibromialgia. Se ha llegado a proponer que el estrés podría ocasionar alteraciones en el hipocampo que serían los causantes de la enfermedad.
Trastornos del sueño: Estudios realizados con polisomnografía han detectado alteraciones en el sueño, sueño fragmentado no reparador, fases de sueño profundo disminuidas. Esto sumado a alteraciones del ritmo normal de sueño-vigilia y a un mal procesamiento del dolor, podrían ser los causantes de la patología.
Al no producirse un sueño profundo, no se alcanzan todas las fases necesarias para que el organismo genere serotonina y triptófano, necesarios para mantener un buen estado de ánimo, además de intervenir en la modulación de la respuesta dolorosa. Por todo ello, las personas con alteraciones del sueño, pueden ser más sensibles al dolor, a padecer fatiga crónica y alteraciones como depresión.
Factores ambientales: Existe también la teoría de que la exposición a metales podría causar una especie de intoxicación que provocara la enfermedad, contactos con metal como las prótesis dentarias, piercings, joyas, tatuajes y demás. Se ha observado que algunas pacientes con la enfermedad, al eliminar la exposición a estas sustancias, mejoraban o incluso la enfermedad desaparecía.

CUADRO CLÍNICO

Dolor
El principal síntoma de la enfermedad es el dolor musculoesquelético protopático (difuso) generalizado crónico. El dolor se suele localizar en la región lumbar, cervical, tórax y miembros inferiores. La sensación dolorosa en los muslos, suele asemejarse a calambres por lo que muchas veces, se asocia a otros trastornos (déficit de K, embarazo, deshidratación…), en algunas ocasiones se observarán espasmos musculares (contracturas).

Como todos los dolores crónicos, su intensidad es variable, existiendo perídoso de reagudización en los que se siente muy intenso y muy incapacitante y otras momentos en los cuales es un dolor sordo, constante pero soportable. Hay factores que exacerban la sensación, como frío intenso, ambientes húmedos, situaciones estresantes…
El dolor interfiere de manera decisiva en la calidad de vida de la persona. La persona se siente agotada, sin ánimo de emprender ninguna actividad porque sabe que en cualquier momento se sentirá sin fuerzas y con dolor, lo que convierte a la enfermedad en un círculo vicioso difícil de resolver. La falta de actividad induce a depresión, el dolor produce tristeza, la tristeza y la depresión interfieren en la modulación del dolor, a más dolor, menos actividad y mayor profundización en depresión.

Trastornos psíquicos. Cansancio crónico y elevada fatigabilidad.
Hasta un total de 9 de cada 10 pacientes con fibromialgia pueden presentar trastornos del sueño, sueño fraccionado, no reparador. Como consecuencia de este sueño se produce una progresiva sensación de agotamiento que puede ser hasta limitante, astenia. Este situación de cansancio extremo ahonda aun más en el programa del estado anímico, al tener la sensación constante de cansancio y dolor generalizado, no hay ganas de emprender actividades.

DIAGNÓSTICO

Supone sin lugar a duda el punto más conflictivo de todos, existiendo un debate abierto entre los que defienden la fibromialgia como un ente patológico más y quien se niega a reconocerle tal adjetivo al no existir evidencias físicas de la misma. Todas las pruebas existentes a día de hoy no logran encontrar evidencias, ni analíticas, ni pruebas de imagen, ni biopsias musculares. El diagnóstico es evidentemente clínico, se establece a través de la anamnesis y descartando otras patologías similares pero que si presentan hallazgos clínicos.
Se recomienda derivar a este tipo de pacientes al médico reumatólogo, que está acostumbrado a tratar con enfermedades poco precisas, difusas y de difícil enfoque terapéutico.

Una vez que se ha descartado mediante diferentes pruebas enfermedades tales como: lupus, artritis reumatoide, espondiloartropatías, Sd. Fatiga crónica y otras más, se utiliza un mapa de puntos sensibles (tender points). Por convenio se han establecido un total de 18 puntos. Consideramos que estamos ante un paciente de fibromialgia cuando al aplicar una fuerza de 4kg (peso calibrado) sobre dichos puntos, aparece dolor en 11 ó más (técnica desarrollada por American College of Rheumatology).
Estos puntos se encuentran repartidos por todo el cuerpo, como se puede ver en la imagen, rodillas, hombros, cuello, glúteos, codos, cadera, etc. El hecho de que el diagnóstico se establezca a través de un mapa de puntos dolorosos, hace que la enfermedad sea muy controvertida, puesto que el dolor no es cuantificable y muchas personas pueden fingir la enfermedad, con un poco de entrenamiento y conocimientos de los puntos, se podrían falsear los resultados y conseguir bajas laborales por ejemplo.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

Como en otras muchas enfermedades en los que se sabe con claridad el origen de las mismas, no existen tratamientos curativos, pero si paliativos sintomáticos.
Por un lado, para el tratamiento del dolor, se recomienda el uso de AINEs, especialmente el subgénero de los COX-2, los inhibidores específicos de cicloxigenasa 2, que no dañan la mucosa gástrica, puesto que se tratarán de tratamientos crónicos. En general se suele rechazar el uso de análgesicos de segundo y tercer escalón de analgesia, a no ser que sea imprescindible por intensos dolores.
Para los trastornos psíquicos, como la depresión, se usan los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.  Estos fármacos ayudan a aumentar los niveles de serotonina y noradrenalina que estimulan al cerebro y lo mantienen activo, pero no corrigen los trastornos relacionados con el sueño deficitario.
Estudios recientes han usado con éxito medicamentos como pregabalina y gabapentina que se usan en enfermedades neuropáticos, o atrapamientos nerviosos, esclerosis múltiple y se ha observado la mejoría de la clínica dolorosa.
En general, el tratamiento para fibromialgia debe basarse en medicamentos que corrijan el estado de ánimo, en medicamentos que controlen mejor el dolor y en ejercicio físico que ayude a la persona a romper el círculo vicioso de dolor, mal descanso nocturno y depresión.

TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO

Un programa de fisioterapia completo que abarque masajes, estiramientos y un ejercicio físico moderado, puede ser de gran ayuda para la persona. Resulta difícil convencer a la persona con intenso dolor y elevada fatigabilidad de las bonanzas de la práctica deportiva, pero se sabe que la realización de ejercicio entre otras cosas libera serotonina y endorfinas que ayudan a conseguir una sensación placentera, de bienestar y relajación, además de inducir a un sueño más profundo tras el esfuerzo realizado. Si a esto le añades un masaje descontracturante o relajante al finalizar, en un ambiente relajado, si es posible acompañado de hidroterapia y un programa de estiramientos suaves y controlados, el resultado es una reducción importante de la modulación del dolor.


PROBLEMÁTICA SOCIAL

Como ya se ha dicho con anterioridad, es una enfermedad de difícil diagnóstico porque no existen pruebas constatables de la misma, por lo que mucha gente puede fingir los síntomas para obtener bajas. Por tanto estos pacientes son tratados con cierta reticencia tanto por el personal sanitario como por familiares y conocidos que en muchas ocasiones no terminan de creerlo, por lo que en casos reales de enfermedad, donde la depresión es casi una constante, el sentirse incomprendidos y malmirados ahonda aún más en esa sensación de tristeza abondono personal.

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